Las tarjetas de crédito son, hoy por hoy, una de las formas de pago más utilizadas. «¿A qué se deberá esto?» puedes preguntarte. Pues las razones son múltiples, y es nuestro deber mencionarte las más importantes, al mismo tiempo que enunciamos cómo se paga con este instrumento monetario.
Pasos a seguir para pagar con tarjeta de crédito
En primer lugar, la tarjeta de crédito debe estar asociada a una cuenta bancaria, por lo que necesariamente debes tener cuenta en un banco. Esta, generalmente, implica una cuenta corriente, línea de crédito, tarjeta de débito y seguros asociados.
Esta domiciliación es requisito indispensable para acceder a una tarjeta, pues todas las compras efectuadas con ella se descontarán de la cuenta asociada y, en caso de no tener fondos, desde la línea de crédito, la que posteriormente podrá renovarse pero con intereses más que importantes.
Las tarjetas de crédito se dividen en diferentes categorías según el monto asociado a cada una de ellas, que depende, al mismo tiempo, de la renta que recibas. Asimismo, los beneficios implicados serán diferentes para cada categoría y dependiendo del uso que le des. Por lo general, se dividen en la tarjeta común, la Silver, la Golden y la Platinum.
Al solicitar una tarjeta de crédito, y al recibir la misma luego de ser aprobada por la entidad bancaria, no solo recibirás el plástico, sino además un código PIN en un sobre cerrado, el cual deberás cambiar antes de 24 horas. Este PIN es fundamental para ejecutar cualquier ejercicio posterior de compra o adquisición de bienes de consumo e incluso para retirar dinero desde cualquier cajero automático, sea nacional o internacional.
Sumado a lo anterior, este PIN, en la mayoría de los casos, será el mismo que deberás usar para ingresar a la plataforma virtual del organismo con el cual tienes el contrato de tarjeta de crédito. En la plataforma, podrás acceder a toda la información sobre las compras que hayas efectuado, así como a posibles créditos o avances en efectivo mediante la pertinente autorización por parte de la entidad. Además, en esta plataforma podrás pagar la cuenta de tu tarjeta de manera sencilla accediendo a las modalidades de pago que allí se encuentran.
El PIN tendrás que utilizarlo cada vez que compres; el mismo avalará tu identidad frente a los negocios o clientes. Así, muchos de los anteriores solicitarán no solo pasar la banda magnética de tu tarjeta, sino también insertar el chip que tiene el plástico en uno de sus costados o usar el contactless, es decir, el «pago sin contacto», el que sumado a todo lo anterior avalará la veracidad de la tarjeta y que tú eres el propietario.
En algunos casos de compra por Internet, y dependiendo del banco en el que tengas la cuenta bancaria, tendrás que digitar un código de seguridad. Este código deberá llegarte directamente al teléfono celular como mensaje de texto, a algún dispositivo con código asociado o a alguna app especial que el banco haya facilitado para tales fines. En otras ocasiones deberás ingresar algunas cifras que aparecerán en tu tarjeta de coordenadas (la que has recibido al mismo tiempo que el plástico), por lo que es muy importante tener todos estos utensilios a mano a la hora de efectuar compras o pagos.
Razones para tener una tarjeta de crédito
Una de las razones principales para tener una tarjeta de crédito es la amortiguación de los gastos fuertes, los que pueden dividirse en múltiples pagos en un periodo determinado. En ocasiones, esto implicará costos asociados, como el interés, pero dependerá de dónde compres, de la tarjeta que manejes y del contrato que tengas con el banco.
Otra de las razones es la velocidad con la que se realizan las transacciones. Es decir, sacar ese pequeño plástico en cualquier negocio que te permita pagar con el mismo no implica esfuerzo, y menos remordimiento, por lo que el proceso es ágil e instantáneo.
Otra razón es la versatilidad del instrumento, pues con el mismo puedes comprar no solo en un lugar físico, sino también por Internet, lo que extiende las posibilidades de acción de tu poder adquisitivo. Recuerda, además, que puedes comprar artículos y productos de cualquier parte del mundo y tenerlos en tu casa en cuestión de días, además de servicios, cursos, estudiar a distancia…, todo pagado con tu tarjeta.
Aspectos relacionados
Conocer la naturaleza de tu tarjeta de crédito es fundamental para controlar el nivel de endeudamiento que puedes permitirte, además de los intereses asociados que posteriormente van a impactar en tu bolsillo.
Tener un límite claro de hasta dónde puedes llegar con tu nivel de endeudamiento es de suma importancia para no caer en una morosidad posterior, pues esto desordenará los pagos asociados y te hará caer en un círculo vicioso de compras y deudas del cual te será muy difícil salir.
Es fundamental que hagas un presupuesto sobre lo que puedes permitirte gastar mes a mes. Lo que gastes con tu tarjeta de crédito, por lo general, no debería sobrepasar el 20 % de tus ingresos mensuales, por lo que estar atento a los gastos debe transformarse en un hábito diario o, al menos, semanal.
Te recomendamos que reserves tu tarjeta de crédito o gran parte del cupo de esta para emergencias, es decir, para situaciones de salud que de otra forma no podrías afrontar, viajes inesperados de trabajo o compras fundamentales para tu vida, o para generar negocios que te produzcan alguna ganancia posterior. El concepto de inversión también es muy significativo con este medio de pago.
Últimas consideraciones
Si estás pensando en asociarte a un banco y obtener una tarjeta de crédito, es importante que tengas en cuenta todos los aspectos que hemos mencionado en este post. La educación financiera es un aspecto más que relevante para mantener controlados los gastos y para que el dinero trabaje para ti en vez de trabajar tú para el dinero.
Haz de esta herramienta una ayuda que te ayude a crecer monetariamente y no una carga que te impida desarrollarte como tú quieres.